Tú que moras
tú que resguardas a tus curas violadores
pederastas
a tus obispos gordos de poder en sus carros blindados
a tus pastores que maman en tu nombre
hurgando con espectáculo
las monedas de su rebaño
tú que nos dices que la buenaventura nos compensará tras la muerte
que hay que aguantar y aguantar y resignarse
en este año de aumentos de precios y desgracias
Sólo te pido
resucites en el árbol de los días
y por fin emerjas en cofre de luz lo sostenido en tus promesas milenarias
Sólo te pido, dios mudo
si es que existes
que por fin tu reino se despeñe hacia este mundo
y bajes desde el cielo mental en el que reinas y desaparezcas
de esta tierra que te aguarda ignorada por tu gracia.
Señor
tú que no vives aquí
tú que no esperas naufragando la quincena
ni viajas destartalado en camión urbano
ni vives al día con salario mínimo
ni te han esclavizado en las horas de trabajo
y no sabes que el fruto de la ciencia
te ha castrado
sólo te pido un silbido
un susurro que crezca hasta los gritos
que desvanezca el misterio
la mentira de tu inescrutable designio
y que compruebe que ya no eres el fantasma
de la esperanza en la sesera sepultada.
Señor
tú que no has vivido más que en el silencio
en las palabras de tus apóstoles
por más de dos mil años
desaparece por las cloacas por las calles tu farsa
y si vives, si existes
habla
habla
habla
manda tu espada de fuego erigida entre las calles por las masas
y ya no nos pidas resignación, serenidad, paciencia
ni someternos
ni agachar la cabeza
ni calzarnos la correa de la esperanza.
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